Es interesante reflexionar que la
biología molecular nace de nuestra necesidad de aprender sobre la naturaleza
del gen; su estructura, función y regulación. Sin embargo, en la actualidad, la
biología molecular nos ha llevado al nivel subgénico; esto es, es común ver
figuras de las estructuras del dna, del rna y de las proteínas a nivel atómico,
permitiéndonos entender mejor la relación estructura-función Sin embargo,
también, la biología molecular nos ha llevado a niveles supragénicos.
Originalmente, la agrupación más
compleja de genes que se estudió fue la del operón de la lactosa: un conjunto
de tres genes regulados por un represor. Actualmente, el modo de regulación de
este operón parece sencillo y trivial; sin embargo, en su tiempo, su
dilucidación molecular, por Jacob y Monod, constituyó y sigue siendo un
capítulo distinguido de la ciencia, por la capacidad creativa e intelectual
involucradas. Es así que ahora, encontramos que los operones pueden ser
regulados a nivel transcripcional (o sea, controlando la síntesis del RNA
mensajero, copiado a partir del molde de DNA), post-transcripcional,
traduccional (durante el proceso de la síntesis de las proteínas a partir del
código contenido en el rna mensajero), y post-traduccional. Actualmente
trabajamos con regulones; esto es, conjuntos de genes individuales o agrupados
en operones, que son regulados por un regulador común; y somos estudiosos de la
genómica esto es, ya no consideramos a los genes, los operones y los regulones
como entidades aisladas, sino inmersos en todo el conjunto de genes de un
organismo, o genoma.
Después de que los científicos
lograron identificar el ADN como la molécula que contiene la mayoría, si no
toda, de la información genética de una célula.
El campo de la geneática molecular avanzo rápidamente a finales de la
década de los años 50 y principios de los años 60 proporcionado nuevos
conceptos a una velocidad que solo puede compararse con la del desarrollo de al
mecánica cuántica de los años 20.
Las aplicaciones de la biología
molecular y campo de estudio.
La medicina forense utiliza
técnicas desarrolladas en el curso de la investigación sobre el ADN para
identificar delincuentes. Las muestras de ADN tomadas de semen, piel o sangre
en el escenario del crimen se comparan con el ADN del sospechoso; el resultado
es una prueba que puede utilizarse ante los tribunales.
La agricultura y la ganadería se valen ahora
de técnicas de manipulación de ADN conocidas como ingeniería genética y
biotecnología. Las estirpes de plantas cultivadas a las que se han transferido
genes pueden rendir cosechas mayores o ser más resistentes a los insectos.
También los animales se han sometido a intervenciones de este tipo para obtener
razas con mayor producción de leche o de carne o razas de cerdo más ricas en
carne y con menos grasa.
El estudio del ADN también ayuda
a los taxónomos a establecer las relaciones evolutivas entre animales, plantas
y otras formas de vida, ya que las especies más cercanas filogenéticamente
presentan moléculas de ADN más semejantes entre sí que cuando se comparan con
especies más distantes evolutivamente. Por ejemplo, los buitres americanos
están más emparentados con las cigüeñas que con los buitres europeos, asiáticos
o africanos, a pesar de que morfológicamente y etológicamente son más similares
a estos últimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario